La Cruz de Cristo

Jesús dijo que en cuanto fuera “levantado” el atraerá a todos hacia el (Juan 12:32) El poder de la Cruz para transformar la actitud y la vida de alguien no debe de ser subestimada. La meta: producir convicción y agradecimiento porque Dios nos salvo in Cristo. Nota: que lea tu amigo Mateo 26-27.

El corazón de nuestro mensaje esta perdido cuando confiamos en nuestra sabiduría humana, haz el bautismo tu enfoque principal (1 Corintios 1:17-18), o fracasa a enfocarte en la Cruz. Como cristianos nos debe de mover la muerte de Cristo. Asegúrate de tener convicción cuando guías el estudio, y no tengas miedo de mostrar tus emociones.

  • Mateo 26:39 Jesus tenia eleccion y decidio morir por nosotros.
  • Mateo 27:46 Somos “Barrabas”!
  • 1 Pedro 2:24 “Muere al pecado, vive por lo justo” es nuestra respuesta.
  • Hechos 2:36-37 La cruz nos corta hasta el corazon, preparacion para obedecer a Dios.

Recomendaciones

Introducción

Cristo murió por nuestros pecados.

Analogías:

Soldado: un soldado se tira sobre una granada. Al morir salvo a sus compañeros.

Tren: Un niño chico estaba jugando sobre las vías del tren. Cuando el papa se dio cuenta ya era muy tarde: ¡con horror vio como 2 trenes con pasajeros se acercaban a una velocidad muy rápida en curso de colisión! La única manera de prevenir la colisión era mandar a un tren para otra vía en donde estaba jugando su hijo. El padre tenia que actuar de prisa –faltaban segundos para la colisión, pero el amaba a su hijo! ¿Qué hizo? Apretó el botón, salvo a los pasajeros, pero al hacer eso sacrifico la vida de su hijo. Dios apretó el botón. Era la única manera de salvarnos. El vio a su hijo morir por nuestros pecados. Y aun así el mundo vive una vida egoísta, sin apreciar el sacrificio que Dios hizo por nosotros.

Mateo

36 Luego fue Jesús con sus discípulos a un lugar llamado Getsemaní, y les dijo: «Siéntense aquí mientras voy más allá a orar». 37 Se llevó a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, y comenzó a sentirse triste y angustiado. 38 «Es tal la angustia que me invade, que me siento morir —les dijo—. Quédense aquí y manténganse despiertos conmigo».

39 Yendo un poco más allá, se postró sobre su rostro y oró: «Padre mío, si es posible, no me hagas beber este trago amargo.[a] Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú».

40 Luego volvió adonde estaban sus discípulos y los encontró dormidos. «¿No pudieron mantenerse despiertos conmigo ni una hora? —le dijo a Pedro—. 41 Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo[b] es débil».

42 Por segunda vez se retiró y oró: «Padre mío, si no es posible evitar que yo beba este trago amargo,[c] hágase tu voluntad».

43 Cuando volvió, otra vez los encontró dormidos, porque se les cerraban los ojos de sueño. 44 Así que los dejó y se retiró a orar por tercera vez, diciendo lo mismo.

45 Volvió de nuevo a los discípulos y les dijo: «¿Siguen durmiendo y descansando? Miren, se acerca la hora, y el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores. 46 ¡Levántense! ¡Vámonos! ¡Ahí viene el que me traiciona!»

66 ¿Qué piensan de esto?

—Merece la muerte —le contestaron.

67 Entonces algunos le escupieron en el rostro y le dieron puñetazos. Otros lo abofeteaban 68 y decían:

—A ver, Cristo, ¡adivina quién te pegó!

69 Mientras tanto, Pedro estaba sentado afuera, en el patio, y una criada se le acercó.

—Tú también estabas con Jesús de Galilea —le dijo.

70 Pero él lo negó delante de todos, diciendo:

—No sé de qué estás hablando.

71 Luego salió a la puerta, donde otra criada lo vio y dijo a los que estaban allí:

—Este estaba con Jesús de Nazaret.

72 Él lo volvió a negar, jurándoles:

—¡A ese hombre ni lo conozco!

73 Poco después se acercaron a Pedro los que estaban allí y le dijeron:

—Seguro que eres uno de ellos; se te nota por tu acento.

74 Y comenzó a echarse maldiciones, y les juró:

—¡A ese hombre ni lo conozco!

En ese instante cantó un gallo. 75 Entonces Pedro se acordó de lo que Jesús había dicho: «Antes de que cante el gallo, me negarás tres veces». Y saliendo de allí, lloró amargamente.

26 Entonces les soltó a Barrabás; pero a Jesús lo mandó azotar, y lo entregó para que lo crucificaran.

27 Los soldados del gobernador llevaron a Jesús al palacio[a] y reunieron a toda la tropa alrededor de él. 28 Le quitaron la ropa y le pusieron un manto de color escarlata. 29 Luego trenzaron una corona de espinas y se la colocaron en la cabeza, y en la mano derecha le pusieron una caña. Arrodillándose delante de él, se burlaban diciendo:

—¡Salve, rey de los judíos!

30 Y le escupían, y con la caña le golpeaban la cabeza. 31 Después de burlarse de él, le quitaron el manto, le pusieron su propia ropa y se lo llevaron para crucificarlo.

 

32 Al salir encontraron a un hombre de Cirene que se llamaba Simón, y lo obligaron a llevar la cruz.

46 Como a las tres de la tarde,[a] Jesús gritó con fuerza:

Elí, Elí,[b] ¿lama sabactani? (que significa: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”).

No solo se aguanto el castigo de nosotros sino también la culpa.

Fue separado de Dios (Isaías 59:2, 2 Cor. 5:21).

36 Luego fue Jesús con sus discípulos a un lugar llamado Getsemaní, y les dijo: «Siéntense aquí mientras voy más allá a orar». 37 Se llevó a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, y comenzó a sentirse triste y angustiado. 38 «Es tal la angustia que me invade, que me siento morir —les dijo—. Quédense aquí y manténganse despiertos conmigo».

39 Yendo un poco más allá, se postró sobre su rostro y oró: «Padre mío, si es posible, no me hagas beber este trago amargo.[a] Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú».

40 Luego volvió adonde estaban sus discípulos y los encontró dormidos. «¿No pudieron mantenerse despiertos conmigo ni una hora? —le dijo a Pedro—. 41 Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo[b] es débil».

42 Por segunda vez se retiró y oró: «Padre mío, si no es posible evitar que yo beba este trago amargo,[c] hágase tu voluntad».

43 Cuando volvió, otra vez los encontró dormidos, porque se les cerraban los ojos de sueño. 44 Así que los dejó y se retiró a orar por tercera vez, diciendo lo mismo.

45 Volvió de nuevo a los discípulos y les dijo: «¿Siguen durmiendo y descansando? Miren, se acerca la hora, y el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores. 46 ¡Levántense! ¡Vámonos! ¡Ahí viene el que me traiciona!»

Jesús tenia la decisión de “tomar el trago amargo” o no; el decidió morir por nosotros.

Mateo 27:46:

46 Como a las tres de la tarde,[a] Jesús gritó con fuerza:

Elí, Elí,[b] ¿lama sabactani? (que significa: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”).[c]

Mateo 27:17-22

 Así que cuando se reunió la multitud, Pilato, que sabía que le habían entregado a Jesús por envidia, les preguntó:

—¿A quién quieren que les suelte: a Barrabás o a Jesús, al que llaman Cristo?

19 Mientras Pilato estaba sentado en el tribunal, su esposa le envió el siguiente recado: «No te metas con ese justo, pues, por causa de él, hoy he sufrido mucho en un sueño».

20 Pero los jefes de los sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud a que le pidiera a Pilato soltar a Barrabás y ejecutar a Jesús.

21 —¿A cuál de los dos quieren que les suelte? —preguntó el gobernador.

—A Barrabás.

22 —¿Y qué voy a hacer con Jesús, al que llaman Cristo?

—¡Crucifícalo! —respondieron todos.

Respuesta personal hacia la cruz:

21 Para esto fueron llamados, porque Cristo sufrió por ustedes, dándoles ejemplo para que sigan sus pasos.

22 «Él no cometió ningún pecado,
    ni hubo engaño en su boca».[a]

23 Cuando proferían insultos contra él, no replicaba con insultos; cuando padecía, no amenazaba, sino que se entregaba a aquel que juzga con justicia. 24 Él mismo, en su cuerpo, llevó al madero nuestros pecados, para que muramos al pecado y vivamos para la justicia. Por sus heridas ustedes han sido sanados. 25 Antes eran ustedes como ovejas descarriadas, pero ahora han vuelto al Pastor que cuida[b] de sus vidas.

–(versos extras: Gálatas 2:20, 2 Cor 5:14-15). ¡Morir a pecado y vivir por lo justo!

Comparte de respuesta personal (líder del estudio).

Conclusión

22 »Pueblo de Israel, escuchen esto: Jesús de Nazaret fue un hombre acreditado por Dios ante ustedes con milagros, señales y prodigios, los cuales realizó Dios entre ustedes por medio de él, como bien lo saben. 23 Este fue entregado según el determinado propósito y el previo conocimiento de Dios; y, por medio de gente malvada,[a] ustedes lo mataron, clavándolo en la cruz. 24 Sin embargo, Dios lo resucitó, librándolo de las angustias de la muerte, porque era imposible que la muerte lo mantuviera bajo su dominio. 25 En efecto, David dijo de él:

»“Veía yo al Señor siempre delante de mí,
    porque él está a mi derecha
    para que no caiga.
26 Por eso mi corazón se alegra, y canta con gozo mi lengua;
    mi cuerpo también vivirá en esperanza.
27 No dejarás que mi vida termine en el sepulcro;[b]
    no permitirás que tu santo sufra corrupción.
28 Me has dado a conocer los caminos de la vida;
    me llenarás de alegría en tu presencia”.[c]

29 »Hermanos, permítanme hablarles con franqueza acerca del patriarca David, que murió y fue sepultado, y cuyo sepulcro está entre nosotros hasta el día de hoy. 30 Era profeta y sabía que Dios le había prometido bajo juramento poner en el trono a uno de sus descendientes.[d] 31 Fue así como previó lo que iba a suceder. Refiriéndose a la resurrección del Mesías, afirmó que Dios no dejaría que su vida terminara en el sepulcro, ni que su fin fuera la corrupción. 32 A este Jesús, Dios lo resucitó, y de ello todos nosotros somos testigos. 33 Exaltado por el poder[e] de Dios, y habiendo recibido del Padre el Espíritu Santo prometido, ha derramado esto que ustedes ahora ven y oyen. 34 David no subió al cielo, y sin embargo declaró:

»“Dijo el Señor a mi Señor:
    Siéntate a mi derecha,
35 hasta que ponga a tus enemigos
    por estrado de tus pies”.[f]

36 »Por tanto, sépalo bien todo Israel que a este Jesús, a quien ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Mesías».

37 Cuando oyeron esto, todos se sintieron profundamente conmovidos y les dijeron a Pedro y a los otros apóstoles:

—Hermanos, ¿qué debemos hacer?

38 —Arrepiéntase y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados —les contestó Pedro—, y recibirán el don del Espíritu Santo.

–(verso extra Romanos 5:6) –Tu eres pecador; tu crucificaste a Jesús, no mereces salvación. La cruz siempre produce compromiso in un corazón abierto. ¿Cómo vas a responder? ¿Cómo deberías de responder?

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